SÁBADO 28 DE MARZO 2009
1200 CHICOS
En septiembre del año pasado hice una pequeña crónica titulada “La bahía de Nuñez” y tuve la oportunidad de hacer un poco de historia acerca de las instalaciones de los clubes Centro Naval y Liceo Naval, y comentar sobre la organización conjunta del rugby infantil de estas dos instituciones en base a la consideración de que “La unión hace la fuerza”
Fue tan exitosa la reunión, que otra vez este año se designó a estos dos “hermanos” para organizar una nueva competencia de infantiles con seis clubes. Además de los anfitriones, concurrieron Banco Nación, G.E.B.A., Ciudad de Buenos Aires y Vicente López.
¡Asistieron 1200 chicos!
En un momento de nuestro país, en que, las instituciones, la educación, la convivencia, la esperanza de un futuro sufren un terrible deterioro, reconforta que se mantengan reductos donde prevalezcan los valores del espíritu que son dados por el deporte en sana competencia y fomentando educación, disciplina, amistad y respeto.
Nos ayudaron un día soberbio y la amplitud de las instalaciones y canchas.
La camada 2000 del Liceo, cada vez con mayor cantidad de jugadores, realmente concita el entusiasmo de sus seguidores y seguramente la satisfacción y orgullo de sus entrenadores.
Poco a poco se van definiendo las características individuales de cada chico, al adquirir soltura y confianza en si mismos.
Demostraron este sábado el conocimiento y la aplicación de las reglas impartidas.
Me obligo acá a hacer referencia a una situación que podría calificarse de desagradable, pero que sirve y ayuda mucho a comprender, que no siempre se concurre a este deporte en base al “sano espíritu del rugby”.
El conjunto representativo de M9 de uno de los invitados, sirve de ejemplo para lo que no hay que hacer y lo que no es la base del juego que tanto queremos. Con gran tristeza pudimos ver niños como los nuestros, pero que en vez de jugar se dedicaron a agredir y lo peor, alentados por su entrenador. Y por lógica, las reacciones de nuestros chicos no se hicieron esperar. Con gran tino los encargados de la M9 del Liceo decidieron no continuar con el juego.
Saquemos provecho de este ejemplo para machacar sobre los jugadores los principios básicos de nuestro deporte y reafirmar la disciplina del grupo, no entrando en el juego de otros, sino conservando los principios del nuestro.
Pero, en resumen, una nueva jornada de deporte y amistad.
EL CRONISTA SECRETO
1200 CHICOS
En septiembre del año pasado hice una pequeña crónica titulada “La bahía de Nuñez” y tuve la oportunidad de hacer un poco de historia acerca de las instalaciones de los clubes Centro Naval y Liceo Naval, y comentar sobre la organización conjunta del rugby infantil de estas dos instituciones en base a la consideración de que “La unión hace la fuerza”
Fue tan exitosa la reunión, que otra vez este año se designó a estos dos “hermanos” para organizar una nueva competencia de infantiles con seis clubes. Además de los anfitriones, concurrieron Banco Nación, G.E.B.A., Ciudad de Buenos Aires y Vicente López.
¡Asistieron 1200 chicos!
En un momento de nuestro país, en que, las instituciones, la educación, la convivencia, la esperanza de un futuro sufren un terrible deterioro, reconforta que se mantengan reductos donde prevalezcan los valores del espíritu que son dados por el deporte en sana competencia y fomentando educación, disciplina, amistad y respeto.
Nos ayudaron un día soberbio y la amplitud de las instalaciones y canchas.
La camada 2000 del Liceo, cada vez con mayor cantidad de jugadores, realmente concita el entusiasmo de sus seguidores y seguramente la satisfacción y orgullo de sus entrenadores.
Poco a poco se van definiendo las características individuales de cada chico, al adquirir soltura y confianza en si mismos.
Demostraron este sábado el conocimiento y la aplicación de las reglas impartidas.
Me obligo acá a hacer referencia a una situación que podría calificarse de desagradable, pero que sirve y ayuda mucho a comprender, que no siempre se concurre a este deporte en base al “sano espíritu del rugby”.
El conjunto representativo de M9 de uno de los invitados, sirve de ejemplo para lo que no hay que hacer y lo que no es la base del juego que tanto queremos. Con gran tristeza pudimos ver niños como los nuestros, pero que en vez de jugar se dedicaron a agredir y lo peor, alentados por su entrenador. Y por lógica, las reacciones de nuestros chicos no se hicieron esperar. Con gran tino los encargados de la M9 del Liceo decidieron no continuar con el juego.
Saquemos provecho de este ejemplo para machacar sobre los jugadores los principios básicos de nuestro deporte y reafirmar la disciplina del grupo, no entrando en el juego de otros, sino conservando los principios del nuestro.
Pero, en resumen, una nueva jornada de deporte y amistad.
EL CRONISTA SECRETO