Hace muchos años, este cronista también fue al colegio.
Se llamaba Escuela Argentina Modelo. Igual que hoy.
Y cuando teníamos clase de gimnasia (hoy educación física) íbamos a un campo deportivo en Palermo ubicado en Figueroa Alcorta y Sucre.
Pero en 1956 los hijos del fundador y director, Don Carlos M. Biedma establecieron en General Pacheco el San Carlos Country Club de donde surgió el equipo de rugby al cual fueron hoy a visitar los chicos de las menores del Liceo Naval.
El grupo de los menores de 8 no deja de sorprender por sus avances y su conducta, lo que me hace hoy tener un momento de reflexión dirigido a las mamás y papás de los integrantes de este grupo que comienza a formarse.
Estamos asistiendo a lo que a manera de juego, se constituirá a lo largo del tiempo en la formación de un grupo de amigos, con una forma de pensar, una forma de establecer valores, que poco a poco se van haciendo carne en estos chicos, y que en estos momentos de nuestra sociedad en que faltan conceptos claros, como educación, respeto, lealtad, desinterés, ideales, normas de conducta, son un apoyo indiscutible para las familias en la formación de los hijos.
Observo con enorme satisfacción, la asistencia, y compañía de padres y madres, algunos con conocimiento y vivencia de este deporte y otros con un reciente ingreso a esto que al que no lo vive, solo parece un juego brusco.
He visto a lo largo de mis años de rugby, muchos ejemplos y anécdotas de innumerables clubes, equipos, de primera hasta cuarta, de divisiones inferiores hasta superiores, de equipos de la capital y del interior, nacionales e internacionales, de grupos formados en base a todas las clases sociales, de la ausencia de elitismo, pero con la permanente presencia de los lazos que este deporte crea a lo largo de toda una vida. Ya les iré contando.
Hoy vi como comenzaban, en los equipos, a establecer principios de responsabilidad y amistad al seleccionar, ellos mismos, sus líderes de equipo, aunque todavía no tengan plena conciencia de lo que eso significa.
Ya empiezan…. No dudo que lleguen.
EL CRONISTA SECRETO