SÁBADO 29 DE AGOSTO DE 2009
Con el concepto fresco de la estatización del futbol, disponiendo de ingentes fondos del presupuesto nacional para seguir aportando al pan y circo (cada vez más circo y menos pan) y en un estado general de deterioro de valores en nuestra patria, en que el orgullo que sentíamos por nuestra imagen en el mundo, y con el respeto de las sociedades, que nos comprometía a todos por continuar con el espíritu de seguir formando un futuro para nosotros, nuestros hijos y toda persona que acercara a compartirlo, este cronista comienza su comentario.
Hoy en día prevalecen como ejemplos para nuestra juventud, encarnadas en casi toda la dirigencia de cualquier ámbito, las propias ambiciones, las traiciones a las promesas anunciados y la decadencia social, moral y de principios y sentimos que los esfuerzos de hombres, pensadores, profesionales, trabajadores, integrantes de instituciones parecen luchar sin encontrar una salida para la recuperación de valores y a veces ven decaer sus fuerzas en la lucha por lograr un futuro que nos devuelva el orgullo o al menos la esperanza.
Con estos pensamientos poco positivos, este cronista dudó mucho en escribir estas líneas.
Pero la jornada vivida en la bahía de Nuñez, donde jugaron nuestros chicos, junto con los de Centro Naval, D.A.O.M. y Los Tilos con sus divisiones infantiles nos dieron un ejemplo de que la desesperanza debe dar paso al logro de un futuro, que al menos ellos podrán ver.
En un año en que las circunstancias han negado la posibilidad de entrenamientos frecuentes, los integrantes de la M9 están mostrando un desarrollo sorprendente.
Cada partido que pasa se nota como, sin excepción, las individualidades están conformando un equipo.
Las antiguas corridas solitarias, los desplazamientos laterales y medialunas, van siendo reemplazadas por movimientos hacia adelante, aunque tengan a los rivales frente a ellos, y con el apoyo correspondiente de uno o más compañeros
Los no muy lejanos intentos de detener un avance contrario con las manos estiradas, se ven reemplazadas por contactos al cuerpo y tackles eficientes.
El incontenible deseo de apoyar la pelota en el ingoal rival, se ve reemplazado por generosos pases.
Y fundamentalmente vemos que las respuestas a supuestas agresiones son siempre intentar jugadas de try.
¡Que orgullo! Quiera Dios que estos chicos puedan conservar el espíritu que demuestran en la cancha y que sin ninguna duda proviene de la educación en sus casas y maestros, y que logren con sus esfuerzos revertir el estado de nuestra Patria.
A mi ya me están convenciendo de que hay esperanza.
EL CRONISTA SECRETO