Pocos conocen que la historia americana llama con el nombre de Republiquetas a los grupos que entre 1811 y 1825 mantuvieron en el Alto Perú (hoy Bolivia) después de la derrota de Huaqui, el espíritu de la Revolución de Mayo, ocupando efectivamente zonas rurales y hasta ciudades sufriendo muchas derrotas pero resistiendo hasta la llegada de las fuerzas libertadoras del Gral Sucre y la creación de la República de Bolivia. . Y éste era el nombre de la actual Av. Crisólogo Larralde nombre de un político radical contemporáneo.
Sobre esta avenida y la Av. del Libertador San Martín, llamada antiguamente Blandengues como homenaje a las unidades de caballería formada por milicianos de la Argentina y del Uruguay, se dio origen al hoy Club Ciudad de Buenos Aires, en el Club Atlético Dirección de Alumbrado, que logró que la Municipalidad le cediese por decreto en 1921 dos hectáreas en las calles mencionadas. Posteriormente en 1930 empleados de la Municipalidad se reunieron para solicitar mayor superficie para un club que fuese de todos los empleados municipales; constituyéndose la entidad denominada CLUB MUNICIPALIDAD DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES que conjuntamente con el original Dirección de Alumbrado se constituyó en el club oficial de la Municipalidad-
Y con una fuerte expansión el viejo Muni adoptó el actual nombre de “Club Ciudad de Buenos Aires”
Y en una fecha organizada para encuentros de rugby infantil por la U.R.B.A. en esta institución,
junto a los dueños de casa y las infantiles de Circulo Universitario de Quilmes y a las ausentes de Beromama y Club Ciudad de Campana, asistieron los chicos de la M9 2000 del Centro de Egresados del Liceo Naval.
En un día frío pero soleado y con abundantes comentarios acerca de los posibles efectos de la pandemia de gripe A, comenzaron los partidos.
Ante todo notamos ciertos problemas para designar a los integrantes de los equipos por parte de los entrenadores de Liceo, ya que, como es habitual, la presencia en el plantel de jugadores fue casi perfecta; lo que contrastaba con la poca cantidad de chicos del dueño de casa y el único otro invitado presente, (el C.U.Q.), situación que presagiaba una muy escasa cantidad de partidos, y por ello un problema de poca actividad de los rugbyers liceistas.
Estos pronósticos se cumplieron, por lo que la jornada no tuvo situaciones que pudieran dar lugar a comentarios acerca del juego.
Sí a reflexiones.
Charlando acerca de esto con alguno de los entrenadores, coincidimos en un punto:
Es totalmente distinta la actuación en partidos, de equipos de pocos jugadores y de otros con gran cantidad.
Y es prerrogativa de los encargados de las divisiones, decidir acerca de alternativas de formación de equipos.
Como en estas infantiles se integran con no más de ocho jugadores, ¿Qué hacemos?
¿Formamos un equipo “A” con los más avezados, y otros con los de menor entrenamiento?
¿O formamos equipos parejos aunque no sean siempre los mismos?
Coincido plenamente con la posición adoptada en M9. Todos los equipos son parejos aunque no sean siempre los mismos.
Los resultados inmediatos no se verán, pero sin ninguna duda incentiva las destrezas individuales con los chicos jugando con el compañero que les toque.
Conclusión: No tendremos ahora un equipo distintivo pero sí un espíritu que conforma al grupo humano de club cuyos resultados se verán mas adelante.
EL CRONISTA SECRETO